El origen de un corredor amateur
Las calles y parques de las ciudades de todo el mundo se han visto tomadas por un mismo perfil: el corredor amateur. Se les ve en grupos de oficinistas en las noches o solos muy temprano en las mañanas. Algunos corren con lo último en tecnología y otros con un par de tenis viejos, pero lo que nivela a hombres y mujeres es la pasión y el continuo reto consigo mismo.
Daniel González es un corredor amateur y compartió con Lap Deportes como ha sido ese proceso. Desde sus inicios, hasta las maratones, nos dio un testimonio que esperamos motive y haga eco en los runners neófitos y experimentados.
Durante un viaje a Bruselas para pasar año nuevo de 2014, hice una parada en Estrasburgo y usé Couch Surfing para hospedarme. Dormía todavía cuando oí el ruido de la puerta, la dueña del apartamento salía al amanecer a trotar con una temperatura de -5 grados y nieve en las calles.
¿Pero qué haces? Le pregunté.
Y me contó que tenía la costumbre y que si no salía correr le haría falta todo el día; correr representaba para ella la meditación diaria. Me fui de Estrasburgo ese día, pero la imagen de un corredor de mi edad retando al frío para trotar con tal naturalidad me quedó retumbando en la cabeza.
La chica hizo una pasantía en mi ciudad Montpellier y me invitó a un “apero” en su casa. Durante la pequeña fiesta conocí a uno de sus amigos que organizaba un Night Run gratuito en la ciudad y así, casi que por fuerza del destino, iría a hacer mi primer «run» en grupo.
Salimos la primera vez a final del verano. El recorrido era de dos vueltas de 5 kilómetros en un circuito diseñado en el centro de la ciudad. Salimos a las 7 de la noche, con luz todavía y 30 grados de temperatura. Siendo corredor del grupo de principiantes, nos recomendaron hacer una sola vuelta, pero al cabo de los 5 kilómetros, me sentía bien y muy motivado y ese «challenge» de terminar me estimulaba. ¡Al final me dolía todo! No tenía ni los zapatos correctos ni la práctica necesaria, pero estaba contento; me acaba de estrenar como corredor amateur.
Al llegar a mi casa y, a pesar de este desconocido dolor en las piernas, pensé que tenía potencial para ser bueno en esto. ¿Habría encontrado mi deporte? Me comprometí a salir 2 veces por semana y me fui sintiendo parte del grupo. Al comienzo cuando corría usaba siempre audífonos. Ponía música, un podcast o simplemente la radio. Paradójicamente, lo importante era hacer todo lo posible para evitar pensar que estaba corriendo.
Ser corredor de grupo es un beneficio enorme para los principiantes. Por un lado, te ayuda a motivarte, y por el otro, te enseña las bases técnicas, las frecuencias semanales, el ritmo de corrida se debe tener etc. La sensación de comunidad que procuran los grupos de corrida es muy reconfortante y te hace sentir de forma rápida como un verdadero corredor.
Mi primera competencia amateur
Dos meses después, me inscribí en mi primera carrera: los 10 km de Montpellier. Vi pasar el anuncio en un periódico e inmediatamente me motivé. Sabía que había una amiga que corría así que no lo dudé. No me preparé en especial para la carrera y no estaba particularmente nervioso, la noche anterior dormí bien y temprano en la mañana estuve listo. Cuando me dieron mi dorsal y vi a la gente animando al inicio de la corrida sentí mucha emoción. Me sentía como en un estadio jugando fútbol, parece tonto pero me gustó mucho sentirme todo un corredor.
Para un debutante, 10k es una distancia importante. Empecé a la par de mi amiga pero, poco a poco, fui tomando mi propio ritmo y la dejé atrás. Avanzaba de manera cómoda por estas calles que conozco desde que era niño y en donde practico con regularidad. Terminé con un tiempo de 49 minutos, menos de 5 minutos por kilómetro lo que me dejó muy satisfecho.
Lo primero que pensé una vez que pasé la línea de meta fue: ¡quiero más!
Daniel González
Redacción Lap Deportes