Historia del Rugby: un campo de juego de ideologías
La historia del rugby evidencia como se convirtió en una herramienta para exteriorizar profundas ideologías. Cuando analizamos la evolución del deporte descubrimos algunas características y problemáticas de las sociedades donde se practica.
El Origen
Cuenta la leyenda que en 1823, en medio de otro cotidiano partido de futbol en la Rugby School del centro de Inglaterra, un inesperado acto de rebeldía fue el origen del rugby. El joven jugador Webb Ellis decidió repentinamente tomar el balón con sus manos y correr, inspirando así el nacimiento de este deporte que conocería sus primeras reglas en 1845.
Para esta época el fútbol se jugaba a lo largo y ancho del Reino Unido atrayendo participantes de todas las clases sociales. Inconformes con esta realidad, los caballeros de clase alta adoptaron el rugby como su deporte estelar avivando un elitismo ideológico que guiaría su desarrollo. Originalmente este deporte estaba regido por la FA (Football Association), pero los representantes de los principales clubes ingleses se mostraban en desacuerdo con la entidad y procedieron a crear en 1871 la Rugby Football Union (Entidad que todavía gobierna este deporte en Inglaterra) para establecer sus reglas oficiales. Rápidamente se fueron creando las asociaciones de Escocia, Irlanda y Gales, hasta que en 1886 se fundó la IRFB (hoy en día World Rugby) quien aún gobierna el Rugby Union en todo el planeta.
Fue a través de estas entidades que dicha ideología elitista se manifestó en sus inicios. El gran debate de moda al interior de los deportes se centraba en permitir o no el profesionalismo; ninguna disciplina tuvo una oposición tan feroz como la del rugby. Las principales cabezas insistían en mantener el deporte amateur, y fueron radicales con cualquier tipo de pago por jugar, llevando a castigar y expulsar importantes clubes (“sino pueden darse el lujo de jugar, entonces no deben jugar”). Esto generó una irremediable división en el seno de la comunidad e impulsó la separación del deporte en dos líneas paralelas, vigentes hasta el día de hoy: Rugby Union y el nuevo Rugby League. Cada uno fue desarrollando sus reglas y campeonatos, erigiéndose como deportes independientes, pero representando los ideales de la élite vs la clase trabajadora.
La Expansión
Durante el siglo 19, el Rugby Union se expandió por las colonias del Imperio Británico con especial acogida en Australia, Nueva Zelanda y Sur África, siempre enmarcado en su primicia de reservarlo para la oligarquía. Fue llegando paulatinamente el Rugby League, luchando contra los clubes tradicionales de Rugby Union que contaban con una fuerte estructura e incluso crearon en 1931 la famosa Bledisloe Cup, desencadenando la célebre rivalidad entre Australia y Nueva Zelanda. El deporte traspasó las barreras del Imperio propagándose por todo el mundo pero siempre afectado por credos circunstanciales.
Dos claros ejemplos de la historia del rugby son Argentina y Estados Unidos. Al país suramericano llegó el rugby a través de la colonia británica que interiorizaba la idea de que este era un deporte reservado para la élite y por ende se acogió principalmente el Rugby Union. Por su lado en Estados Unidos, el rugby tuvo una increíble acogida en las universidades pero el deseo que tenía la sociedad local por diferenciarse lo transformó en fútbol Americano. Prueba de esto es que el primer partido en la historia del Fútbol Americano (1869) utilizó las mismas reglas del Rugby Unión, fue a través de los años que estas se fueron modificando.
Para otra gran potencia del Rugby, Francia, un vaivén de corrientes marcó su evolución. En primera instancia, el Rugby Union llego al país gracias al Barón Pierre de Coubertin quien, afectado por la derrota francesa en la guerra Franco-Prusiana, viajó a Inglaterra en busca de nuevos modelos educativos y adoptó los programas de educación física enfocados especialmente en el rugby. Esto explica que desde el siglo 19 dominara en Francia el Rugby Union y alcanzara rápidamente un alto nivel, llegando a unirse en 1910 al tradicional Championship (convirtiéndose en ese momento en el torneo de las cinco naciones).
En 1930 la clásica disputa ideológica dio un primer giro al deporte. En ese año la IRFB decidió expulsar a Francia por fomentar el pago a jugadores y desde entonces tomó más fuerza el Rugby League llegando a ser mayoría para finales de la década. Fue entonces cuando entró en escena la coyuntura política. En el marco de la segunda guerra mundial, Francia estaba ocupada por Alemania y las ideologías de sus dirigentes comulgaban con las del Rugby Union impulsando expropiaciones y prohibiciones a la Rugby League. Fue así que el primero volvió a dominar el territorio, teniendo incluso la exclusividad del término “Rugby”, y por ende prevaleciendo en popularidad.
Punto de quiebre
Resulta imposible analizar la evolución del rugby omitiendo el racismo al que estuvo sometido en Sur África. En las décadas de los 60s, 70s y 80s, a los Springboks (como se le conoce al equipo nacional de Rugby Union de Sur África) les atribuyeron mundialmente la bandera del Apartheid. Cada tour que hacían para enfrentar rivales, o cada selección nacional que los visitaba, resultaba en imponentes protestas y manifestaciones en contra de las realidades políticas del país. Australia, Nueva Zelanda, Francia o Inglaterra, por donde pasaba el equipo era visto como un símbolo del régimen y generaba fuertes repercusiones que traspasaban las fronteras del deporte de una manera sin precedentes. Todo esto afecto el prestigio y la seguridad del Rugby Union, la disminución del apoyo y asistencia de los aficionados desembocaron en un hecho que quedaría grabado en la historia del rugby: la expulsión de Sur África de las Copas del Mundo de 1987 y 1991.
Finalmente, en 1995 el Rugby Union demostró el poder e influencia positiva que puede tener el deporte sobre una sociedad. Se llevó a cabo la copa Mundial en Sur África y Nelson Mandela se apalancó en los Springboks para comunicar y reforzar, tanto en el país como en el mundo, su ideal de unión y reconciliación. Fue tal el éxito y el impacto de este evento, que los conservadores dirigentes del Rugby Union entendieron la importancia de permitir el profesionalismo del deporte y este hito disparó su popularidad y alcance. Es incuestionable afirmar que ese año se dejó una huella indeleble en la historia del rugby y de la humanidad.
Redacción LAP Deportes