El pequeño Bretón, Novela de David Guénel

El pequeño Bretón es la historia del primer latinoamericano en ganar el Tour de Francia está fresca en nuestra memoria, en el palmarés oficial este registro pertenece al colombiano Egan Bernal, pero más de cien años antes un hombre que creció en Buenos Aires, hijo de inmigrantes franceses, que sería el primer ciclista de este lado del mundo en ganar «la Grande Boucle». David Guenel periodista y escritor francés especializado en ciclismo nos ayuda a seguir esta historia como si la estuviéramos leyendo en las páginas de L´Equipe.

La génesis del ciclismo

La encarnación de los personajes de El pequeño Bretón es un deleite. La pasión y conocimiento de Guenel por el ciclismo, es la primera de las razone que hacen de las descripciones intimas de los protagonistas de la edad de piedra de este deporte, sean tan emotivas y cercanas. La segunda razón, es que el francés es un buen novelista. El estilo claramente periodístico, no opaca los momentos de lirismo propias de la novela histórica. El retrato de la sociedad anterior a la Gran Guerra, de los viajes transatlánticos y de la vida familiar de Lucien Petit Bretón, dan un contexto muy necesario para entender la arqueología del ciclismo y acercarnos a un deportista encantador.

«Petit Breton, a pesar de una caída causada por un perro, lo hace bastante bien» esta frase anodina, resume bien la sensación del libro. Podría venir de un crónica periodística de una gran vuelta en el periódico deportivo del lunes, sin embargo tiene lugar hace una centena de años. La modernidad con la que sentimos el relato no depende únicamente del talento periodístico del autor. La modernidad del relato está relacionada con el alma del ciclismo que no ha cambiado. A pesar de las evoluciones tecnológicas y de mercadotecnia, el eje del deporte sigue siendo el mismo, esa mezcla entre gloria y sufrimiento que fascina tanto a competidores como a aficionados.

El feed de Twitter de David Guenel es apasionante para los amantes del ciclismo

Una historia francesa

El público que anima a Lucien Petit Breton a pesar de los resultados evoca inevitablemente a «Poupou», el gran Raymond Poulidor el «eterno segundo» y muestra la particularidad del ciclismo en Francia. No es sólo la victoria que vale en este deporte. La valentía y la capacidad de sufrimiento de los ciclistas siempre ha sido recompensada por el público galo. El ciclista no se construye únicamente con grandes victorias. Se construye con ataques inesperados, con escapadas ambiciosas y con defensas desesperadas. Es un deporte complejo de disfrutar que antes como ahora tomaba muchas horas, donde la acción puede llegar sólo al final o a veces nunca.

Esta es la historia del Tour que no ha perdido vigencia y que conecta una vez al año a dos Francias, su parte más cosmopolita y su parte más rural y tradicional. Estos dos mundos tan diversos son atravesados por hombres del mundo entero que hoy y hace cien años corren con un mezcla de sufrimiento y avidez de gloria.

Por foto finish 4/5

Petit Breton es una buena novela. Una novela sobre un personaje «oscuro» o mejor oculto. Es un libro de un enamorado del ciclismo y este es tal vez su talón de Aquiles. Disfrutar del relato de las carreras de un ciclista franco/argentino de hace cien años no es la perspectiva más estimulante para un lector común. Pero si usted tiene algún interés en el deporte ( y probablemente si llegó a este punto del artículo así lo tiene), cuando vea este libro en su librería o en la página de la Editorial Caballito de Acero no dude un segundo en comprarlo, lo va a devorar en un par de sentadas.

Suscríbase a nuestro newsletter

* indicates required
Contenido deportivo

Redacción Lap Deportes


Lap Deportes

Cultura deportiva

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share via
Copy link