Vilde Johansen, una inesperada medallista olímpica

¿Cómo se siente competir por primera vez en unos Juegos Olímpicos? La medallista olímpica noruega de balonmano, ganadora del bronce en Tokio, nos compartió su experiencia y sus reflexiones sobre el funcionamiento de un equipo, las olimpiadas y su perspectiva con respecto al deporte en los países escandinavos.
De Stavern a Tokio

«No sabía que esperar cuando llegué a Tokio», dice Vilde Johansen, con una sonrisa que guardaría durante toda su entrevista. Se preparaba para pasar el verano con su familia en Stavern, la ciudad más pequeña de Noruega, cuando recibió la llamada del entrenador nacional, Thorir Hergeirsson. Después de una serie de bajas en la lista principal, el islandés incluyó a Vilde Johansen en la lista de inscritas y, en menos de 24 horas, la atleta viajaba a París para unirse al equipo que diputaría los Juegos.

Había tenido una buena temporada en su equipo el Herning-Ikast Håndbold de Dinamarca, pero no esperaba estar en la selección que competiría en Asia. Vilde Johansen integraba la lista de reservas de la multi-campeona selección de balonmano de Noruega y había jugado partidos con la selección anteriormente, pero nadie tenía planeado su llamado.

«Uno no puede desear que alguien se lesione para hacer parte de un equipo».

Llegó a la Villa Olímpica pensando en las restricciones que tendrían que seguir por la pandemia. A pesar de no tener contacto con la población, ni poder conocer la ciudad, la experiencia fue inolvidable. Poder compartir con atletas del mundo entero en las mismas condiciones de entrenamiento y de vida fue emocionante.

La humildad y naturalidad con la que enfrentó su participación en los olímpicos sorprende. Los encuentros con atletas que pelean toda la vida por un lugar y que necesitan ganar para asegurar su futuro económico contrasta con la actitud sencilla de Vilde. Para ella, la prioridad es divertirse y disfrutar dentro del coliseo. Se sabe afortunada de poder concentrarse en su juego y de ser parte de una delegación que cobija tan bien a sus deportistas.

Un lugar especial dentro de la selección

Preguntar por el rol del suplente en un equipo es siempre complicado. Para el espectador casual, el gregario del ciclismo o el reservista en un partido de fútbol siempre tiene un rol ingrato. Para la medallista olímpica es un honor hacer parte de un equipo, no importa si se es la persona que se lleva todos los reflectores. Asumir el espacio dentro del equipo de manera simple, concentrarse en jugar bien y en su propio desarrollo es la clave.

Pudo debutar en unos Juegos Olímpicos tras algunos problemas físicos de la titular del equipo.

El himno me erizó la piel

Existe una presión enorme sobre la selección femenina de balonmano de Noruega. Esta presión es en primer lugar deportiva, por su historia (2 oros olímpicos, 3 mundiales y 8 europeos), pero también mediática. Figuras como Nora Mørk son estrellas enormes en un país donde el deporte es un gran pilar de la identidad nacional y el balonmano el deporte femenino por excelencia.

Para Vilde Johansen la presión no existió. Desde su convocatoria hasta el momento en el que se convirtió en medallista olímpica todo pasó demasiado rápido y ella no tuvo tiempo de pensarlo. Hoy, analizando con cabeza fría, Vilde Johansen sólo tiene gratitud por haber podido hacer parte del equipo.

«Ocupar mi rol dentro del equipo, de verdad, no me costó mucho trabajo, me sentí a gusto y bendecida sólo por el hecho de estar en la competencia».

El deporte en Escandinavia

En paralelo a su carrera profesional, Vilde Johansen cursa una maestría para preparar su futuro. No es solo una medallista olímpica de balonmano. Además, los estudios le ayudan a cambiar las ideas, sacarle la presión de los partidos y usar el tiempo libre para algo diferente.

«Voy a jugar hasta el día en que deje de disfrutarlo». Está frase resume bien la forma en la que se entiende el deporte en el país escandinavo. Son proyectos de pasión. Para ella está claro que esto no es la norma y que para los atletas, de otras disciplinas y de otros países, los Juegos eran la oportunidad de un cambio de vida total.

«En Noruega muchas cosas se toman por descontado. Los sistemas sociales hacen que muchas de las preocupaciones por la subsistencia no existan para sus conciudadanos». Sin embargo, su actitud la desdice. La joven noruega está muy consciente de los privilegios que se tiene en su región para ser deportista.

Empezó a jugar a los 12 años tras volver de Kenia, lugar donde creció mientras sus padres eran misioneros. Su objetivo nunca fue practicarlo de manera profesional, quería utilizar el deporte como un espacio de integración en su nueva comunidad, creando amistades por medio de un deporte de conjunto.

Esta historia se repite en todos los rincones del país, donde el deporte es un «activo social» y no un escape para la pobreza. Esto se debe a eficaces políticas de estado como el Olympiatoppen (el centro olímpico nacional noruego) desde donde se impulsan los entrenamientos de los deportistas de élite y el acceso a la población en general a la más variada oferta de prácticas deportivas. Este centro, nacido tras la realización de los Juegos Olímpicos de invierno en 1988 en Calgary, es un ejemplo del «legado» olímpico que ha sido tan cuestionado en otros evento como Atenas o Rio.

medallista olimpica

Tine Aartun Sandersen

Noruega, politóloga y especialista en estudios latinoamericanos. Ex nadadora competitiva y apasionada por los deportes acuáticos y de invierno.

Contenido deportivo

Redacción Lap Deportes

Lap Deportes

Cultura deportiva

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share via
Copy link